“Quien sea líder de la inteligencia artificial, será el líder del mundo”, sentenciaba Vladimir Putin ya en 2017. Dicha declaración de intenciones presagiaba lo que iba a suceder unos años más tarde, que es la gran intervención de la IA en la guerra provocada por Rusia en Ucrania. Pasando por campañas de desinformación en redes, o la creación de ejércitos de bots, la inteligencia artificial tiene muchos caminos: análisis de la imagen, detectar un patrón u objeto concreto, la capacidad de procesar audio… Todo ello se está convirtiendo en una herramienta clave en este conflicto.
Lucía Alcarazo, investigadora en ética y gobernanza de la IA en la Universidad Autónoma de Madrid, explica que la IA se está usando para tres cuestiones distintas. La primera, aplicada al campo de batalla en primera línea de acción, la segunda, a la información y, posteriormente, a las cuestiones de seguridad. En estos momentos, los proyectos más destacables dentro del conflicto relacionados con IA tienen que ver con el seguimiento del control de tropas (tropas sensorizadas) y los vehículos autónomos (para desplegar minas o bombas). El más preocupante, y del que se ha hablado mucho recientemente, es el uso de las Armas Letales Autómatas – LAW (Lethal Autonomous Weapons), que operan sin la supervisión de un humano y es el algoritmo quien decide. Sin embargo, existen nuevas herramientas de inteligencia artificial cuyos datos ofrecidos están siendo claves durante el conflicto.
OSINT, EL OJO QUE TODO LO VE
Osint, acrónimo de Open Source Intelligence, está jugando un importante papel en este conflicto. Josep Curto, director académico en Inteligencia de Negocio y Big Data Analytics, explica que esta tecnología consiste en la recopilación y análisis de fuentes de datos en abierto con el objetivo de producir conocimiento aplicado. En un contexto de guerra, esto se relaciona con generar inteligencia sobre un objetivo con el propósito de realizar una acción: ya sea ataque, infiltración, captura… Las fuentes abiertas que ayudan a este procedimiento son múltiples y conocidas: medios de comunicación, publicaciones en internet, redes sociales como Tik Tok, Telegram, Twitter, o datos comerciales.
Debido a esto, Osint se ha convertido en un arma clave. Actualmente, la información en este contexto de guerra está llegando a tiempo real con Google y Apple Maps a partir de la localización y movimientos de las personas.
CLEARVIEW, EL POLÉMICO RECONOCIMIENTO FACIAL QUE USA UCRANIA PARA IDENTIFICAR A LOS RUSOS
Ucrania ha comenzado a utilizar una tecnología de reconocimiento facial con software de Clearview AI. Gracias a esta tecnología está siendo capaz de identificar posibles enemigos llegados de Rusia. Se trata de una herramienta muy polémica. Clearview dispone de más de 10.000 millones de imágenes de rostros del servicio de redes sociales ruso VKontakte, según Reuters, que están siendo utilizadas para entrenar su motor de detección. Sin embargo, una startup está siendo investigada por una posible violación de las normas de privacidad y protección de datos en la Unión Europea.
En definitiva, pese a que el uso de la inteligencia artificial como herramienta de guerra esté siendo polémico ya que no existe una legislación o consenso a nivel global para este tipo de armamento, ya son múltiples los países que han iniciado programas militares relacionados con sistemas de IA con el objetivo de generar beneficios reales para la sociedad.